¿Qué tienen que ver los vampiros y los virus? En primer lugar, sabemos que existen vampiros que propagan virus. Por ejemplo los murciélagos vampiros, que pueden transmitir el virus de la rabia. Ya hablaremos con más detalle de eso en futuras publicaciones. Se los conoce por ese nombre porque se alimentan de sangre, principalmente del ganado pero también de otros mamíferos (como nosotros). Las leyendas de vampiros humanos son tan antiguas, que cuando se bautizó a estos animalitos no tuvieron mejor idea que llamarlos como a los parientes de Drácula.

Foto: murciélago vampiro común (Desmodus rotundus), que habita el continente americano desde México hasta Argentina y Chile

Sabemos por la pandemia de COVID-19 que estos simpáticos mamíferos voladores también son portadores de muchos otros virus, como el SARS-CoV2 del que todos hablan ahora, pero parece que su sistema inmune los mantiene a raya y aparentemente no se enferman como nosotros, a excepción del virus de la rabia, que también los afecta a ellos.

Uno de cada cinco mamíferos que habita nuestro planeta es un murciélago, por lo que son las especies más numerosas dentro de este grupo. Su importancia en la naturaleza es vital, ya que algunos se alimentan de insectos que son plagas, otros se alimentan de frutas y de esa manera polinizan plantas o distribuyen semillas (por ejemplo plátanos, aguacates o paltas y mangos). Lamentablemente, la expansión humana para extender ciudades o aumentar superficies de cultivos ha destruido gran parte de sus hábitats (viven prácticamente en todo el mundo, a excepción de los polos y las altas montañas), lo cual los ha acorralado y ha llevado a que el contacto con el hombre sea cada vez más estrecho, permitiendo a su vez que muchos de esos virus pasen de los murciélagos a nosotros, si bien todavía no hay una prueba concreta de que el SARS-CoV2 se haya transmitido de esa manera.

¿Pero puede el vampirismo, que es muy contagioso, tener su origen en un virus?

Esta idea fue desarrollada magistralmente por James Matheson en su novela “Soy leyenda” de 1954. Si bien en la novela original los culpables del vampirismo son bacterias, en la última versión cinematográfica de este libro, protagonizada por Will Smith en 2007, toda la culpa la tiene un virus de sarampión modificado genéticamente y que se utiliza como vacuna para curar el cáncer. Lamentablemente Hollywood nunca ha contribuido a que la gente comprenda claramente la diferencia entre un virus y una bacteria, y muchas veces se ha encargado de alimentar teorías conspirativas gracias a sus guiones. Y no, ha sido comprobado científicamente que el SARS-CoV2 no fue fabricado por ningún científico descarriado o distraído.

Foto: Christopher Lee como el Conde Drácula, en la película “Drácula” de 1958

¿Y porque hay que aislarse? Porque los virus no pueden multiplicarse por sí solos, sino que necesitan las células de un huésped para hacerlo (en este caso nuestras células). Pueden ver más sobre ese tema en otra de nuestras publicaciones: ¿Podemos matar algo que no está vivo?

Por lo tanto, si nos mantenemos alejados de aquellos que están infectados, y sobre todo si usamos barbijo, no hay manera de que el virus nos alcance. Y en caso que nosotros seamos los portadores del virus (aunque no lo sepamos por no tener síntomas), alejándonos de las demás personas evitamos que éstas se contagien.

Así que mientras dure la cuarentena #QuedateEnCasa como Robert Neville, el protagonista de “Soy leyenda”.